Una vez un padre de una familia acaudalada llevo a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que este viera cuan pobres eran las gentes del campo; que comprendiera el valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un dia y una noche completos en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:
-Que te pareció el viaje?…
-Muy bonito Papá…!!
-Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
-Sí..!!!
-Y qué aprendiste…?
Muchas gracias por tan ilustrativa moraleja. Que por un lado nos plantea la riqueza espiritual, y por otro lado, plantea, una riqueza aun mayor: la riqueza de tener una familia donde reina el amor. Por eso es incuestionable, el valor que tiene el conocimiento espiritual en una persona, para llegar a tener una vida plena. Seamos abundantes en el amor de Dios, que la abundancia material vendra por si sola: por derecho natural-universal esa abundancia esta disponible para nosotros, pero el vacio espiritual, o no la deja aparecer en nuestra VIDA, o no llegamos a su disfrute.
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